¡No pasen el mismo trabajo que pasé yo!

Aprender inglés

15 ago. 2019

Recuerdo cuando me enteré que estudiaría inglés como segunda lengua, hice cualquier cantidad de cursos, todos se ajustaban a presupuestos no planificados, es de decir, no buscaba nada que se ajustara a mi necesidad de aprender, sino a mi bolsillo. Luego de varios cursillos, y de dominar cosas muy básicas, me sentía como un estadounidense de nacimiento.

 

¡El día llegó!

Finalmente todo el papeleo reglamentario para irme a estudiar inglés afuera terminó, y me fui. Cuando llegué todo era extremadamente maravilloso, cada cosa que veía era impresionante, nueva, fascinante y, a veces, hasta abrumadora, claro, sólo las veía, no tenía que hablar. 

Cuando llegó la hora de comer, imaginé que todo estaría bien, ya que con todo lo que “dominaba” del idioma, no parecía ser un problema. Me dirigí a una cadena de restaurantes de comida rápida muy famosa en los Estados Unidos, y procedí a ordenar los ingredientes que quería en mi sándwich. Por temor a pronunciar incorrectamente (que es uno de nuestros mayores miedos cuando aprendemos el idioma) al principio fue muy fácil señalar lo deseaba con el dedo, y todo fluyó, además que estaba sola en el lugar ordenando la comida.

 

El problema estuvo cuando llegué a la caja…

Intentaba decir que quería galletas y no la bolsita de papitas que ofrecen el combo, el cajero me miraba con mucho respeto y ganas de entenderme, pero simplemente no podía. Lo que a él se le ocurrió fue mostrarme en cada mano lo que ofrecían en el combo, y yo finalmente escogí, con el dedo, lo que deseaba.

Pasado el incidente de no poder expresar lo que quería adecuadamente, procedí a pagar, y saqué un billete de alta denominación, y por los gestos de su cara hablando en inglés y tratando de explicarme en su carente español, me decía “caja chica” mientras señalaba la caja registradora, y “billete grande” mostrándome el billete que le había entregado. 

 

Sentía que me moría de la vergüenza

Sobre todo porque pensaba en los alardes que hacía en el pasado, después de tomar los cursos antes mencionados, en cuanto al dominio que tenía del inglés.

Sin saber qué hacer, volteé la mirada y me di cuenta que había generado una fila gigantesca, y las caras de las personas no se veían muy amigables, como las que vi anteriormente en el recorrido por la ciudad.

Afortunadamente, alguien que hablaba español se acercó y me explicó que el cajero no tenía cambio para el billete con el que yo estaba pagando la factura y me ayudó a cambiarlo para poder pagar.

 

Lo que en un principio lucía como una experiencia rutinaria, se convirtió en una muy traumática.

Hoy en día que trabajo en Wall Street English en el área de didáctica, soy testigo de cómo nuestra metodología abarca todas las áreas importantes de aprender el inglés. Ésta, toma como base principal la inmersión, práctica y producción del idioma mientras estudias, facilitándoles así el proceso de aprendizaje a nuestros estudiantes  y que ¡no pasan el mismo trabajo que pasé yo!

 

Por Flor Ortiz.